Ventesima Strada

Posteriormente al corte las pieles se marcan a mano para simplificar la compleja operación de ribeteado con algunas líneas directrices. Se da así un orden a las numerosas piezas que componen el zapato y se comprueba, una vez más, la calidad de todos los componentes.

Con el remachado se fijan al calzado las piezas metálicas en las que se introducirán los cordones. Es un trabajo de precisión y un solo error ocasionaría daños irreparables en el calzado. Nuestros accesorios metálicos incluyen tanto piezas en estilo Vintage, recuperadas del calzado deportivo de los años 70, como sistemas de cierre innovadores, sin caer nunca en la banalidad de los cierres mediante cremalleras, prácticas en el uso pero asociadas a un calzado de gama baja.

Con el remachado se dobla la vira, originalmente recta, con un ángulo de 90 grados, preparándola para la operación siguiente. Es una operación muy pesada y, al igual que todas las otras fases de nuestra elaboración, requiere una manualidad fuera de lo común, precisión y experiencia.

Las suelas, con el típico fondo de carro armado, se pegan a la entresuela de EVA. La suela constituye la quinta y última capa que aísla el pie del terreno. Las capas superiores son: plantilla anatómica, plantilla de montaje de cuero, relleno y entresuela. Cabe notar que las suelas no tienen una dimensión lista para el uso, sino que necesitan ser elaboradas una vez pegadas a la empella, como se ve en la imagen al lado.

Esta operación se realiza mediante un elemento giratorio untado con cera. Sirve para pulir y acabar la suela y la vira que, en caso contrario, presentarían un corte vivo tras el fresado. Una vez finalizada esta operación, el fondo del calzado está pulido y protegido gracias a la capa de cera.